(Rubén Cedeño – Libro: “Espíritu de la Navidad”)
PRIMERO:
En los últimos minutos antes de finalizar el año debemos tranquilizarnos, tomarnos un tiempo en silencio, y si estamos en una fiesta, hacer un alto para realizar el “Perdón de Fin de año”, pedir perdón y transmutar todos los errores cometidos durante el año que termina, tanto personales como colectivos, para no seguir arrastrando esas negatividades el año siguiente.
SEGUNDO:
Hacer la Cosecha Espiritual, que es la recolección de la Energía de lo positivo que hemos realizado durante el año, en servicio a los demás. Lo que hemos amado, enseñado, embellecido, sanado, dado, perdonado y libertado, sonriendo, atendiendo a los enfermos y acompañando, se lo ofrecemos a DIOS. Dios guarda en nuestro Cuerpo Causal, como nuestro haber espiritual, todo lo bueno que hemos hecho; es el abono en la cuenta del banco del espíritu.
TERCERO:
Una vez que llega la medianoche, planificar el próximo año de acuerdo al Plan Divino de Perfección y los Siete Aspectos de DIOS en todas las actividades del año que comienza: con Luz, Buena Voluntad, Sabiduría, Amor Divino, Pureza, Salud, Opulencia y con mucho Perdón y Amor Compasivo.
CUARTO:
El 31 de diciembre a las 12 de la noche hace su entrada el Espíritu Envolvente del año nuevo, y lo debemos recibir con un pensamiento de luz en nuestras mentes, que generalmente es repartido al mundo entero en forma de Servicio.
PERDÓN DE FIN DE AÑO
Minutos antes de que se termine el año, es necesario perdonar, transmutar y disolver todo lo negativo del año que se termina. Si uno celebra lo bueno sin redimir las cosas negativas, tales como odios, rencores y situaciones difíciles que hemos vivido, esa alegría se disuelve fácilmente, y como el Espíritu de la Navidad es una energía de mente y sentimientos tan delicada, se puede esfumar con nuestra negatividad; por eso es tan necesario el Perdón de fin de año.
1°- Yo, consciente de mis actos y asumiendo el control de lo que “YO SOY”, borro de mi subconsciente y del registro etérico, todo récord y memoria de cada suceso discordante que haya vivido este año.
2°- Perdono de corazón y olvido para siempre, todo disgusto, agravio, deuda, desamor, irritabilidad, agresión, traición, maledicencia y odio que me haya causado cualquier ser humano, situación o cosa.
3°- A todos aquellos que se hayan ido de mi lado para otro grupo, trabajo, partido o círculo de amistades, los suelto y los dejo ir sin reclamarles nada, dándoles la plenitud de mi amor, para bendecirlos y prosperarlos dondequiera que se hayan ido y donde estén.
4°- Renuncio con toda la entereza de mi ser a todo apego a objetos, situaciones, posesiones y, sobre todo, personas. Declaro que nada ni nadie me ata a nada, y “YO SOY” libre, pero completamente y absolutamente libre, para entregarme, ampararme y refugiarme en Dios y solamente Dios, para siempre.
5°- Borro todo aquello que me haya sucedido en este año, que no sea un escalón dentro de mi proceso de Ascensión, y hago desaparecer de mi vida todo obstáculo que me impida volar hacia la libertad, que es el estado natural de mi ser.
6°- Cubro cada segundo, minuto, hora, día, semana y mes de este año que concluye, con la fulgurante y resplandeciente Llama Violeta, borrando toda energía mal calificada, y la envuelvo con la incandescente brillantez del Fuego Blanco de la Ascensión.
7°- Libre de personalidad, ego, pasado, memoria y mal karma, entrego mi “Corriente de Vida” al Servicio Único de La Luz, para que, de hora en adelante, sólo oiga la Luz, sienta la Luz, vea la Luz, saboree la Luz, huela la Luz y piense la Luz, hasta alcanzar la eternidad.
PLANIFICACIÓN DEL AÑO NUEVO
En el Nombre de la Divina Presencia de Dios “Yo Soy”, Yo decreto y sostengo con mi pensamiento, mi sentimiento, palabras y acciones que el próximo año, cada mes, día, minuto y segundo viva consagrado, manifestando: la Fe en el Poder de Dios y la Buena Voluntad del Rayo Azul; la Inteligencia Divina del Rayo Dorado; el amor y la Amistad del Rayo Rosa; la Belleza, la Pureza y la Ascensión del Rayo Blanco; la Verdad, Felicidad y Salud Perfecta del Rayo Verde; la Paz y Provisión ilimitada de dinero y de toda cosa buena del Rayo Oro-Rubí; el Perdón, la Libertad y la Transmutación del Rayo Violeta. Gracias Padre que ya me oíste y siempre me oyes.