ASIMILANDO LA VERDAD
EL CHELA: Amado Maestro, se nos ha dicho que el conocimiento impartido a nosotros trae consigo una obligación para utilizar ese conocimiento para las bendiciones de la vida. ¿Nos dirás como asimilar mejor la Verdad dentro de las instrucciones dadas a nosotros por los Maestros Ascendidos?
EL GURÚ: Bendito chela, el viejo adagio: “donde la ignorancia es felicidad, es tonto ser sabio” tiene mucho de verdad dentro de éste. El individuo que no ha tenido la oportunidad de recibir la asistencia e instrucciones de los Maestros Ascendidos no es tan responsable ante la Ley Cósmica por las obras manifiestas como lo es el ser al que se le ha confiado el tiempo, energía, pensamiento e instrucciones de los Seres cuyo aliento es invalorable debido a que puede y debería ser usado únicamente para adelantar el Plan Divino. No es suficiente LEER las palabras del Maestro, ni acrecentar un conocimiento intelectual de la realidad espiritual. El chela debe CONSTRUIR esas palabras dentro de su propia naturaleza y CONVERTIRSE en el Maestro.
EL CHELA: Amado Maestro, ¿existe alguna recomendación particular que puedas damos para que podamos beneficiamos mejor de Tus instrucciones?
EL GURÚ: Sí, bendito chela. Pueden proseguir en cierto modo como sigue:
(1) Escojan cierta hora del día para su lectura y esfuerzo en construir un ímpetu de ritmo en adhesión a su ciclo contemplativo.
(2) Preparen sus conciencias reflejando seriamente lo que están a punto de hacer — entren a la Sagrada Comunión con su Dios y su Maestro. Aquieten los vehículos mental, emocional y físico y eleven sus conciencias hasta que ésta toque el aura espiritual del Autor de las palabras que están a punto de considerar. Pídanle a Él o Ella darles el sentimiento, comprensión, entendimiento y capacidad Maestra Ascendida para interpretar esas palabras en la acción para la bendición de su prójimo.
Recuerden que están a punto de participar de la vida calificada de algún Ser Divino que, con misericordia y amor, ha escogido darles Sus instrucciones para ayudarles a llegar a ser libres también. Sientan una sensación de profunda gratitud, reverencia, y humildad en la aceptación de esta Esencia. Si desean hacer esto, recibirán no sólo la expresión de la palabra hablada de la Verdad, sino la esencia viviente de la Verdad que será un fuego hacia su espíritu. Una oración simple a ser dicha antes de la lectura de las palabras del Maestro podría ser algo como lo siguiente:
“Amada Presencia de Dios “YO SOY”, es Tu vida e inteligencia lo que me capacita para leer, comprender, absorber, y hacer lo que es requerido de mí. Por la vida ¡“YO SOY” muy agradecido! Amado Maestro (aquí diríjanse al Ser cuyas palabras están a punto de leer y contemplar), te pido Tu sentimiento y Tu capacidad para usar esta instrucción para la gloria de Dios y confort de la humanidad.”
(3) No lean apresuradamente. Recuerden que la glotonería no es sólo de la carne, sino también de la mente. Mucha gente civilizada que siente repulsión ante el engullir voraz del salvaje o la bestia se asombraría a primera vista de su propio cuerpo mental devorando conocimiento. Permitan que su mente reverente, respetuosa y bondadosamente se aproxime a las instrucciones del Maestro y deténganse en cada oración o parágrafo que la Gracia de la Presencia-Eterna pueda enfatizar a través de su propia Luz del alma. No es cuanto lean ni cuanto sepan, sino LO QUE SON lo que forma la medida de su capacidad para la asimilación espiritual.
(4) Elijan dentro de ustedes mismos hacer de alguna porción de su lectura una parte activa de su naturaleza cada día. De ese modo el proceso de sublimación y de transmutación llega a ser un ciclo rítmico de la conciencia graduándose en vez de uno torpe pesado resultante de esfuerzos espasmódicos.
(5) Cuando hayan completado su lectura, nuevamente hagan una breve invocación a su propia Presencia “YO SOY” y al Maestro con el que han estado en comunión para nutrir mediante la Gracia espiritual de la Verdad Cósmica las semillas plantadas en su conciencia. Pidan que las ideas de ese modo confiadas a ustedes se conviertan en flores manifiestas de expresión perfecta en su mundo y en el mundo de su prójimo.
“Amada Presencia de Dios “YO SOY”, vierte la Luz de Tu Gracia sobre mi conciencia. Nutre las semillas plantadas por el Maestro. Permíteme no ser amonestado desde fuera ni estar encolerizado internamente no sea que las palabras que he oído (o leído) y no practicado, conocido y no amado, creído y no observado, se eleven enjuicio contra mí.”
Citando las palabras de un hombre sabio que transitó el sendero antes que ustedes: “Verdaderamente cuando llegue el Día del Juicio no se nos preguntará que hemos leído, sino qué hemos HECHO; no que discursos finos hemos hecho, sino cuán correctamente hemos vivido.”
EL CHELA: Amado Maestro, ¿existe algún curso de lectura prescrito que fuera de particular beneficio para nuestra alma en crecimiento?
EL GURÚ: Bendito chela, para cada hombre se requiere un tipo de instrucción diferente. Cuando el Maestro Mismo no conduce la instrucción personal para el chela diariamente, el chela debe atraer desde dentro de él mismo, a través de la facultad intuitiva y la llama de la sabiduría en el corazón, aquello que mejor puede beneficiarle cada día. Cuando un chela es atraído particularmente hacia un Maestro específico, el chela puede desarrollar un ímpetu de afinidad espiritual con tal Ser a través de la práctica del ejercicio antedicho y luego leyendo esas palabras escritas por ese Maestro. Aún en la lectura de las palabras de los seres no ascendidos, si el individuo se pusiera en comunión espiritual con la conciencia del escritor, mucho más podría ser recibido en un período corto de estudio que cuando la mente externa literalmente se “sumerge” en la lectura con un hábito caprichoso.