El Guru y El Chela – XVI – “Invocación de la Naturaleza del Maestro”

INVOCACIÓN DE LA NATURALEZA DEL MAESTRO

EL CHELA: Amado Maestro, se nos ha dicho que cualquiera de las cosas que pidamos al Padre en el Nombre de Jesús nos será dada. Por favor explica esta afirmación.

EL GURÚ: Bendito chela, es verdad que el nombre de un individuo es una copa que contiene la conciencia, poder y regalos de ese ser. Cuando un individuo ha alcanzado maestría, Su Nombre se convierte en un tremendo poder de invocación para fortalecer las aplicaciones de todo el que use ese Nombre. Cualquiera que piense, sienta, o pronuncie el Nombre de cualquier Ser Ascendido, inmediatamente une sus propias energías con la batería de poder en la cual se ha convertido el Maestro. El aspirante literalmente toca el “borde (aura) de la vestidura” del Ser Espiritual y verdaderamente la virtud de ese Ser fluye de vuelta hacia dentro de la conciencia y mundo de dicho aspirante. Al igual que el llamado del nombre de alguien en este mundo atrae la atención de la persona llamada, así hace el uso del Nombre del Maestro que atrae Su atención y Su asistencia.

EL CHELA: Amado Maestro, ¿entonces es suficiente usar el Nombre del Maestro para asegurar Su ímpetu pleno poderoso a través de la aplicación del chela?

EL GURÚ: No, bendito chela. Esto es sólo una porción de la Ley Cósmica. Cuando el chela primero se pone él mismo en armonía espiritual con el Maestro, y trata, con lo mejor de su habilidad, de hacer la aplicación, no sólo en el Nombre, sino con la NATURALEZA real del Maestro, los resultados en la manifestación son incrementados mil veces.

EL CHELA: Amado Maestro, ¿cómo puede un individuo que conoce poco de la naturaleza del Maestro intentar posiblemente crear esa naturaleza en él mismo?

EL GURÚ: Bendito chela, el Maestro es instantáneamente conocedor del chela que vuelca sus pensamientos, sentimientos, oraciones e invocaciones hacia Él. Pensando en el Maestro, usando el Nombre del Maestro, pidiendo sinceramente que el sentimiento del Maestro fluya hacia dentro de su propio mundo, el chela comienza el ejercicio de la “comunión espiritual.” Esto es seguido por una exaltación de la conciencia del chela y él comienza a experimentar (tenuemente al principio) cómo el Maestro mismo manejaría cualquier situación, prestaría cualquier servicio, o disiparía cualquier apariencia de aflicción. Luego el chela es “atrapado” verdaderamente en la Naturaleza del Maestro, y desde esta premisa, el chela puede ejecutar las obras y manifestar las expresiones de Dios que, en sí mismo, él posiblemente no podría expresar.

EL CHELA: Amado Maestro, ¿puedes damos un simple ejercicio mediante el cual se pueda alcanzar la armonía espiritual con el Maestro?

EL GURÚ: Ciertamente, bendito chela.

(1) El chela se da cuenta de que existen apariencias manifiestas en el mundo alrededor de él menores que la perfección de Dios. Muchos notan superficialmente tales apariencias pero el deseo de remediar tales aflicciones no ha nacido todavía dentro de ellos. El chela debe llegar más allá del punto de observación de la imperfección al punto de ayudar sincera, amorosa y seriamente a Dios para asistir a su prójimo. Este es el primer paso sobre el Sendero. “Hasta ahora el Padre trabajaba; ahora el Padre y Yo trabajamos,” se convierte en su actitud de ser.

(2) El chela debe examinar su motivo por el deseo de aliviar los males de la mente, cuerpo, alma y mundo de su prójimo. Si es para asegurar un sentido de poder, auto-engrandecimiento, o importancia personal, él no está aproximándose al Padre en la Naturaleza del Cristo, a pesar de que él puede usar Su Nombre. Si el chela desea prestar cualquier servicio que pueda, de acuerdo a su desarrollo, capacidades, talentos y poderes actuales, únicamente para servir a Dios mediante la redención de Sus hijos, ese chela ya ha comenzado a aproximarse a la Naturaleza del Maestro.

(3) El chela debe encontrar dentro de sí mismo una convicción de que la vida fluyendo a través de él es la vida de Dios, el Padre. Él debe darse cuenta de que dentro de esa vida está el poder mediante el cual el Maestro ha ejecutado los milagros aparentes. La aceptación del chela, con los sentimientos, del poder de Dios dentro de él mismo de que está listo, dispuesto, y capaz para salir a prestar servicio, es otro paso entrando a la naturaleza del Maestro.

(4) El chela, conociendo muy bien que otras Inteligencias que ya han alcanzado la perfección, están listas y dispuestas a dar de Su radiación, ímpetus de fe, confianza e instrucción para ayudar al chela, puede entonces solicitar la instilación de los pensamientos, sentimientos y poderes del Maestro a través de su propia conciencia. Él puede y debería colocar sus propios pensamientos, sus sentimientos, sus palabras habladas y acciones próximos al Maestro y, en la contemplación, tratar de convertirse en uno con la Naturaleza del Maestro en pensamiento, sentimiento, palabra hablada y acción. Luego cuando el chela emite un decreto en el Nombre y Naturaleza del Maestro, el chela tiene el pleno poder del ímpetu del Maestro para usarlo además del suyo propio.

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